Dentro de las 14 acepciones que
En verdad cuando uno “encuentra” el amor *porque OJO el amor no se debe buscar, eso llega en el momento menos pensado… jajaja!* pasa por un proceso de estupidización total que a mi, particularmente, me da algo de risa.
Es por eso que debido a la reciente estupidización masiva que he sido testigo de gente muy cercana a mi, me puse a pensar en las razones por las cuales uno no debería pisar el terreno del amor. Y, por supuesto, yo me he enamorado, y cuando lo hago soy el estúpido más grande de todos *será motivo de otra historia esas anécdotas*. Pero empecemos:
INSUFICIENCIA PERSONAL
Caminas por la calle, l@ ves, analizas cada movimiento, quieres acercarte a hablar con la persona, todo está en cámara lenta, estas a punto de llegar a tu objetivo, abres la boca para decirle “Hola”… pero se va con otr@ justo antes que tu llegaras. Te frustras, lloras y piensas en que hacer para que se fije en ti, ya que nada de lo que haces como eres funciona. ¿Insuficiencia personal o no?
A-PERSONALIZACION
Imaginemos que la persona en cuestión cayó. Fuiste lo insuficientemente personal para que demuestres una persona que no eres así nomas y listo, ¡Felicitaciones! Ahora el amor se te sale por los ojos. Lo único que haces es hablar todo el día de esa persona, todas tus conversaciones son sobre la persona, no haces planes sin contar a esta persona, y todas tus actividades no pueden ser pensadas sin la otra persona. En conclusión, te a-personalizas y dejas de lado a tus amigos y hasta ti mismo.
RECLAMOS A DISCRECIÓN
Terminar la a-personalización, te das cuenta que TENIAS VIDA y la retomas *porque ya pasó el primer mes!* Y empiezan los conflictos: “¿Por qué vas allá sin mi? Acaso te avergüenzas de mi?”, “Claro, por hacer eso te olvidaste por completo de mi”, “No me llamaste a la hora se siempre!!”, “Ya no soy prioridad en ti”, “Cuando te conocí no eras así” *Pero obviamente, estabas en
INTOLERANCIA RECORDATIVA
El ocaso llegó. No da para más por mil factores que ni un blog podría alcanzar para numerarlos. No puedes ver ni oír nada de esta persona. Botas *o lo guardas en algún sitio alejado para poder regalarlo después* los obsequios o tonterías que te dio. No puedes escuchar que se diga su nombre porque te podría dar un derrame o sus similares. En fin, no l@ quieres volver a ver en tu vida. ¿Intolerancia? Creo que si.
Me he comido muchas otras partes, pero he tratado de rescatar lo más representativo. Simplemente, para caer en esto, prefiero seguir y estar acompañado… pero de mi sombra.
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